domingo, 11 de mayo de 2008

TEMA: PORQUE DEBO ACEPTAR DICIPLINA

¿Por qué debo aceptar la disciplina?

Hebreos 12:7-11: "Si soportáis la disciplina , Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos ... Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados".
La disciplina sólo desde el punto de vista del hijo puede parecer dura. Es la reacción natural propia. Pero ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? Es un derecho y un deber del papá hacerlo. Porque si el papá nos diera todo lo que le pedimos, nos hace un daño. Muchas veces el papá está obligado a decir ¡no!. Si no lo hiciera, sería un pésimo padre. Incluso, un hijo sabio debiera decir: "Papá, no gastes tanto en mí. Es suficiente, papá."
La disciplina es una demostración de amor. "Te amo tanto, hijo, que no quiero que seas de esa manera. Te amo tanto, que no te puedo permitir esta rabieta."
¡Qué tristeza da cuando un niño le hace el ‘show’ al papá, y el papá... nada. Ya se acostumbró. Y después, para el que niñito no haga el show, hay que darle lo que quiere.
Hay muchos padres que lamentablemente han fracasado en la educación de sus hijos... y no es por disciplinar; al contrario ... es por no haber disciplinado a tiempo.
Y los niñitos son adolescentes (y mayores aun), y todavía tienen berrinches, y los papitos tiene que ceder, y los hijos tiene el control sobre sus padres.
Ocupemos nuestro lugar. El papá es papá; el hijo es hijo. No mandes tú, hijo, porque eso invierte el orden: el papá tiene que mandar, y el hijo tiene que obedecer.

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